LA PLAZA DE LA NAVIDAD


 

Había una vez un pueblo que tenía solo casitas bajas blancas como la nieve.

No había una sola torre de pisos.

Todas las personas trabajaban en el campo y no había fábricas.

 
 
 Los niños después de clase se ponían a jugar en la plaza del pueblo, cuando el sol se ponía y se hacía de noche las madres llamaban gritando los nombres de cada niño para que se retiraran a sus casas para poder cenar y después acostarse a descansar.



 La vida del pueblo transcurría sin más,  la gente tampoco necesitaban más ya que eran felices.

 Hasta que un día la gran señora de las nieves y su amigo el señor  viento,  llegaron con su máxima furia arrasándolo todo lo que a su paso se encontraba, por lo que las cosechas de los campos se perdieron, quedando todo el pueblo sin recursos ni comida hasta la próxima cosecha.

    Pero sus habitantes no perdieron nunca la ilusión y la sonrisa, todos colaboraban el panadero iba cada día por las casas vendiendo el pan.,  y nada valía como una sola sonrisa de las personas para que se sintiera pagado.



También,  como cada navidad,   María la castañera,  se ponía en la calle esperanza y con una maravillosa y dulce voz vendía o regalaba sus castañas a la gente que  paseaba por allí. 

 Después de un invierno tan duro y frío. 

Por fin llego la primavera y por las ventanas se colaron los primeros rayos de sol.  


 

Y los habitantes corrieron a plantar las nuevas cosechas.

Todos llenos  de esperanza e ilusión unidos ayudándose unos a otros,  y así consiguieron  salir del problema con más fuerza y alegría.

                                               

 Redactado y escrito por Elena Pastor

 

 

Comentarios

  1. Muy bueno Elena,sigue así

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  2. Melanie Hernández10 de marzo de 2014, 5:56

    Precioso cuento Elena, eres toda una escritora, sigue así! Muchos besos y ánimos princesa.

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