Érase una vez unos vecinos que vivían en una granja con sus dos hijos, una pareja de potros y la yegua que estaba embarazada.
Los niños
están muy contentos porque los
veían crecer en el rancho que tenían. Poco a poco, los domaban hasta que
se hicieron mayores y fueron seleccionados para
competir en el hipódromo. Los padres ya se hicieron mayores y se
tuvieron que marchar a la ciudad, dejando la granja al cuidado de sus hijos,
que crecieron, se casaron y vivieron en la granja y fueron muy felices.
GABRIEL CRUZ
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